En una noche tranquila, bajo un cielo estrellado, los niños se reunieron con el Tío Agustín y la Abuela bajo el árbol de moras negras, junto al viejo molino Chicago Air Motor. El viento era suave, y la luna llena iluminaba todo con una luz plateada y serena.
—Tío Agustín, dijo Tomás, señalando el cielo. ¿Es cierto que estamos moviéndonos, aunque parezca que todo está quieto?
Tío Agustín sonrió, como quien ha estado esperando esa pregunta durante muchos años.
—Muchacho, no solo nos movemos. ¡Viajamos a una velocidad que ni te imaginas!, y se acomodó el sombrero. Esta Tierra gira sobre sí misma a más de mil seiscientos kilómetros por hora. Y al mismo tiempo, da vueltas alrededor del Sol a más de cien mil. Y eso no es todo, nuestro Sol, con todos sus planetas, ¡también gira alrededor de la galaxia! Y la galaxia, también viaja por el universo.
Los niños abrieron los ojos como platos. Sofía susurró:
—¿Y cómo es que no sentimos nada?.
—Porque todo lo que está aquí, gira con nosotros, respondió el Tío—. Es como estar dormido en un tren que va en la noche. Todo se mueve, pero tú estás tranquilo. Así es la creación de Dios, perfecta.
—¿Y si un día todo se acaba?, preguntó Sofía, con un poco de preocupación.
La Abuela, que tejía en silencio, levantó la vista y sonrió con ternura.
—Hijita, nuestra vida es como una mora: pequeña, dulce, y hermosa si se saborea a tiempo. No hay que temer al cielo ni a las estrellas. Hay que vivir con amor, hacer el bien, y confiar.
Tío Agustín asintió despacio, mirando al cielo.
—Nos preocupamos por muchas cosas, pero la verdad es que, aunque el universo se mueva y cambie, mientras estemos aquí, con las estrellas arriba, el árbol de moras, el molino girando, estamos bien. Porque estos movimientos están dentro del tiempo de Dios. Y ese, es un tiempo perfecto.
En ese instante, como si el universo quisiera decir, “amén”, una estrella fugaz cruzó el cielo.
Los niños se quedaron en silencio.
Tío Agustín y la Abuela también.
Y por un momento, todos supieron que ese pequeño rincón del mundo estaba en paz.