Historias de Amistad para Niños
El Club de la Amistad y Lucas Un Juego para Integrarse en Villa Verde
Era un da soleado en Villa Verde, y el Club de la Amistad estaba listo para su primera misión. Martina, la líder del grupo, tenía claro su objetivo: hacer que Lucas, el niño nuevo, se sintiera bienvenido en su nuevo hogar y en la escuela.
Bajo el gran roble del parque, Martina reunió a sus amigos y comenzó la reunión. “Lucas se siente un poco solo. Debemos encontrar una forma de hacerlo sentir parte de Villa Verde,” dijo con determinación.
Leo, con su lupa en mano y una chispa en los ojos, propuso: “¿Y si organizamos un juego en el parque? Algo donde Lucas se sienta cómodo participando. ¡Un juego de búsqueda del tesoro!” Ana, entusiasta como siempre, aplaudió la idea. “¡Sí! Podemos esconder pistas por todo el parque y ayudarlo a encontrarlas. Será divertido y le ayudará a conocer mejor el lugar.”
El club se dividió las tareas. Santi, el protector del grupo, preparó las pistas en lugares seguros y fáciles de encontrar. Sofía, con su cuaderno de dibujo, diseñó mapas con ilustraciones de cada pista. Martina decidió que cada pista llevaría a un lugar especial de Villa Verde, como la fuente del parque, la panadería de Don Tomás y la biblioteca. Así, Lucas conocería los sitios más importantes y a algunos vecinos.
El sábado por la tarde, el Club de la Amistad se reunió en el parque junto con Lucas, quien parecía nervioso pero curioso. Martina le entregó el primer mapa que Sofía había dibujado. Lucas sonrió y miró a sus nuevos amigos con gratitud. Estaba claro que ya empezaba a sentirse parte del grupo.
“¡Vamos, Lucas, tú eres nuestro explorador!” le animó Ana. Leo y Santi le siguieron de cerca, listos para ayudarlo a resolver las pistas y encontrar el siguiente lugar en el mapa.
Cada pista estaba acompañada de una pequeña sorpresa. En la fuente del parque, Lucas encontró una canica de colores. En la panadería, Don Tomás les dio una galleta de bienvenida para Lucas. En la biblioteca, la última pista lo llevó a una tarjeta hecha a mano por el club que decía: “Bienvenido a Villa Verde, Lucas. Nos alegra que estés aquí.”
Al final del juego, Lucas tenía una gran sonrisa y un pequeño tesoro de recuerdos de Villa Verde. “Gracias, chicos… Este ha sido el mejor día desde que llegué”, dijo emocionado. Santi le dio una palmada en el hombro, y Martina, con una sonrisa cálida, le dijo: “Ahora eres parte de nuestro Club de la Amistad. Villa Verde es tu hogar.”
Ese día, Lucas comprendió que la amistad es el mayor tesoro de todos, y el Club de la Amistad supo que, con pequeños gestos, le habían ayudado a encontrar su lugar en la comunidad. Los cinco amigos se despidieron de Lucas bajo el gran roble, prometiéndose seguir ayudando a quienes lo necesiten en Villa Verde.